Hasta pronto, fashionistas

Hace ya dos semanas que decidí que iba a escribir este post para contaros que voy a dejar el blog por un tiempo. Sí, voy a tirar la toalla y os cuento por qué:

Un par de meses atrás tuve un bajón respecto a mi trabajo en el blog. Cualquiera que tenga un blog o un proyecto en desarrollo conocerá esa sensación de "¿Para qué está sirviendo tanto esfuerzo?". Normalmente, esta falta de motivación repentina me duraba cinco días máximo, pero llegué a un punto en el que ya no veía retorno.

Para poder dedicarme al blog, estaba trabajando de dependienta en una tienda, trabajo que me hacía sentir absolutamente estancada. ¿Qué pintaba yo, recién graduada en Publicidad y RRPP, una carrera que me apasionaba y que me generaba una motivación arrolladora, trabajando como dependienta para tirar adelante de un blog que solo me traía quebraderos de cabeza? (¡Ojo! La mitad de mis compañeros tenían titulaciones superiores. No quiero menospreciar la profesión de dependiente, pero a mí me generaba esa desagradable sensación de no avanzar en mi vida).

A partir de entonces, decidí volver al que iba a ser mi plan inicial al acabar la carrera: estudiar inglés en el extranjero como au pair o como niñera. Por fin... ¡Ya tengo familia! A finales de febrero me marcho a Estados Unidos, concretamente a un pueblecito al lado de Nueva York, para un año. En mi Instagram seguiré colgando instantáneas.


Para mí, ha habido tres puntos cruciales que han hecho muy dura la "profesión" de blogger. Os los contaré:

1. Gastos y más gastos.

Tener un blog de moda implica muchos gastos. Las tendencias se renuevan cada dos por tres y tienes que estar al día en seventies, en el sporty chic... En todo. Así que tienes que comprar MUCHA ropa.

Al mismo tiempo, tienes que pagar un dominio (www.miss-waters.com), un email (info@miss-waters.com), una estética del blog, viajes a eventos, etc.

A parte, existe un gasto todavía mayor: el tiempo. El tiempo que requiere un blog con un mínimo de calidad no se lo imagina casi nadie. Por si esto fuera poco, todo lo hacemos sin recibir prácticamente ni un duro. Aquí entra el punto 2.

2. Publicidad gratuita.

Al principio no te importa hacer colaboraciones gratuitas. No obstante, llega un punto en el que te das cuenta de que tener un número decente de seguidores ha llevado consigo un duro trabajo y no te apetece continuar trabajando para que tu único beneficio sea un objeto que no necesitas o una prenda que no te gusta. En el supermercado no me dejan pagar con una camiseta.

Muchos emails son como estos ejemplos:

- Haz un post hablando de nuestra marca para ver qué visibilidad nos reportas y entonces vemos si colaboramos contigo o no.

- Te mandamos X objeto a cambio de un post, dos publicaciones en Instagram, dos publicaciones en Twitter, dos publicaciones en Facebook y la inclusión de la palabra "x" en el post con un enlace a nuestra web.

Al mismo tiempo, mucha gente responde a esta polémica que las bloggers no deberíamos ganar dinero y yo me pregunto lo siguiente: si los blogs generan beneficios atractivos para las marcas, si las marcas ganan dinero y visibilidad conmigo, ¿por qué yo no he de recibir algo a cambio por su parte? Os recomiendo este artículo al respecto.

3. Competitividad insana entre bloggers.

Esta faceta me ha decepcionado mucho. Sinceramente, este mundo necesita más ganas de hacer piña y menos soberbia. A lo largo de mis casi tres años con el blog he encontrado algunas de mis mejores amistades pero, a la vez, he vivido momentos y comentarios que me han dejado absolutamente helada. No hace falta que nos peinemos el pelo las unas a las otras, pero tampoco es necesario menospreciarse y pisotearse.

Después de todas estas vivencias, la sensación que tienes es de "que pare el mundo, que yo me bajo". Es por esto por lo que he decidido aparcar el blog por un tiempo indefinido.

No obstante, antes de cerrar me gustaría deciros que no todo ha sido negro y que me ha sorprendido gratamente el apoyo que he recibido por todas las seguidoras, especialmente, en Peralta, el pueblo en el que he vivido siempre. Allí he encontrado un apoyo que NUNCA hubiera imaginado por parte de personas que, muchas veces, ni conocía y que me han seguido, me han dado infinitos likes, han comprado looks que publicaba, etc.

Por otra parte, en Pamplona también he encontrado una gran ayuda, especialmente en la universidad y en algunos círculos del mundo de la moda, en el que había gente BUENA (con mayúsculas) a raudales.

Por todo esto, muchas gracias y hasta pronto, fashionistas.


Un besito,
Ali